Insaciable hasta el punto de no kerer más lo mismo
mi boca exige probar otra sangre
otra carne, nuevos sedimentos.
Algo dentro va despertando ahora,
tiene vida propia, tiene rutas alternas
es un dragón escupiendo fuego,
un ser inoculando mi cerebro
anuló mi proceso selectivo
en la nebulosa dilatada del deseo
Cuando un cuerpo es invadido
la tierra florece
la lluvia inunda en proporciones desmedidas
la naturaleza hace el trabajo del ke cada vez sabemos menos.
La espada en el aire y los muertos de cristo
son tan solo un episodio en el evangelio del sexo,
aquel donde nunca kisieron escribir,
donde tembló la mano y sudó la frente
faltó la tinta, escasearon almas y faltó el diablo.
viernes, 28 de septiembre de 2007
miércoles, 26 de septiembre de 2007
Mujer
Mujer nuestra que estás en los cielos,
Multiplicado sea tu cuerpo,
ven a nosotros tu reino.
Más nunca hágase tu voluntad,
ni en la tierra ni en el cielo.
Danos hoy el pan nuestro de cada día,
perdona nuestras ofensas,
así como también nosotros perdonamos a las que nos ofenden.
Sólo déjanos caer en tu tentación
y líbranos del mal.
Si hay Dios, que te salve; llena eres de gracia
que ningún señor sea contigo;
bendita seas entre todas las mujeres
y bendito sea tu bajo vientre.
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